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Historia del Labrador
La isla de la cual se extrae su nombre oficial, a pesar de no ser originario del lugar, tiene una historia tan movida como las olas que se rompen en sus costas.
En efecto, la isla "labrador" que tiene tres veces el tamaño de la isla Terra Nova, ha cambiado de propietario en numerosas ocasiones: Si en 1763 la isla pertenecía al Reino Unido, el principal país vecino, Canadá, reivindicó con fuerza estruendo su posesión territorial.
Tuvieron que transcurrir unos decenios para que, en 1909, Newfoundland intentara vender la isla Labrador a los canadienses en un importe de 9 millones de dólares, una oferta reiterada 23 años más tarde, pero esta vez por un importe doce veces mayor. Por fin el 1 de abril de 1949, la isla labrador, al igual que Newfoundland, se convertía en la décima provincia de la federación canadiense.
El labrador, cuya popularidad mundial es relativamente reciente, ha celebrado en el año 2003 el centenario de su reconocimiento oficial... un siglo de selección y de pasión que han dado lugar a millones de emuladores repartidos por los cinco continentes.
Cien años de crianza, de evolución y de selección han permitido formar la raza canina más solicitada actualmente en el mundo. Un perro de caza que se ha permitido el lujo de destronar a innumerables estrellas tales como el pastor alemán o el caniche. Y, lo que es aún más sorprendente, es que esto se dé en un ambiente cinófilo donde las razas más populares acusan un descenso en mayor o menor medida de sus nacimientos, y donde el labrador sin embargo, continua con su progresión como si nada pudiese detenerlo.
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